"Se ha hablado del -medio Siglo de Oro-, y creo que si se hacen bien las cuentas resultará un siglo entero". Así lo señalaba Julián Marías, en 1996, al
tomar de posesión del Premio Príncipe de Asturias, refiriéndose al siglo XX. Esta bitácora intenta hacer "bien las cuentas".
"Machado se acerca a las cosas y apenas las toca. No las viste, no las recubre de recursos retóricos; simplemente, nos las señala, con un gesto tímido y sorprendido, que subraya su emoción o su belleza. Es poca cosa, pero esencial: porque ese gesto mínimo e indeciso, apenas esbozado, hace entrar a la cosa en el área de la vida del poeta -y por contagio simpático en la nuestra- y le deja dar sus más propias reverberaciones, la carga de alusiones a posibles actos vitales. Apenas insinuados, que les confieren una densa virtualidad poética. Las cosas están "presentes" en la poesía de machado, pero no como meras cosas, sino como realidades vividas, cubiertas por una pátina humana, como la "verdinosa piedra" de sus fuentes o de sus viejos bancos de las plazas. De ahí que el poeta, gracias a su misma sobriedad, no le dé todo hecho al lector, no le dé una interpretación conclusa y sólo suya de los objetos poéticos, sino que se limita a ponerlos en el escorzo más favorable, y es el lector el que, llevado de su mano, "realiza" su propia interpretación poética de unos objetos que conservan así perenne frescura y un trasfondo de intactas posibilidades.
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